Estilos de cerveza
Estilos a recomendar a bebedores de Pilsner
¡Muy buenas, cerveceros!
El tema sobre el que voy a escribir hoy es un quebradero de cabeza habitual para aquellos que disfrutamos la cerveza en todos sus diversos y variados estilos: ¿Qué diantres le puedo recomendar a alguien que solo bebe la típica Pilsner? Es decir, la “caña” de toda la vida.
Me refiero, claro está, a una recomendación un poco distinta, ya que existen muchísimas Pilsner excelentes y estilos de lager parecidos que sin duda darían en el clavo, pero lo que queremos es que la persona en cuestión experimente otros sabores, salga un poco de su zona de confort cervecera y difundamos un poco de la cultura que más nos gusta; la de la cerveza. ¡Vamos allá!
Witbier: Sin duda uno de los estilos más fáciles de beber por primera vez para el consumidor “virgen”, es este tipo de cerveza de trigo belga. En su elaboración se emplea semilla de cilantro y cáscara de naranja (amarga, o dulce), lo que le aporta aromas y sabores que al bebedor le son familiares y facilitarán que le pueda gustar. Las notas a levadura también están muy presentes de una manera agradable y poco invasiva en boca, lo que, junto a su cuerpo sedoso, su bajo amargor y el dulzor aportado por las maltas, la convierten en una cerveza suave y muy fácil de beber que podría gustar a prácticamente cualquiera.
El ejemplo comercial más evidente es Hoegaarden, responsables de resucitar la receta en la década de 1950 y a quienes les debemos poder beberla hoy en día, pero me permito recomendaros también la St. Bernardus Wit, un poco más intensa y especiada en nariz y boca.
Amber Ale: Este estilo de cerveza también es fácil que pueda gustar a la mayoría. Si bien es cierto que hay variantes que pueden ser algo más amargas y afrutadas, normalmente el lúpulo no es el elemento importante en su elaboración y suelen tener una fermentación limpia sin muchos ésteres. Marcadas por un claro balance maltoso, habitualmente nos ofrecerán un delicioso carácter a caramelo, cereal tostado y un leve dulzor nunca empalagoso ni excesivo.
De cuerpo ligero, su color orbitará entre el ámbar claro y el marrón cobrizo, casi siempre cristalino debido al filtrado. Su graduación alcohólica debería rondar entre el 4% y el 6%, lo que no debería asustar a ningún consumidor de Pilsner habitual en busca de nuevos sabores.
Os recomiendo probar la Dougall’s Tres Mares, un ejemplo perfecto del estilo, pero si queréis algo con más presencia de lúpulo os aconsejo ir a por la Naparbier ZZ+, una American Amber Ale.
Bock: Volviendo un poco al mundo lager, las Bock (macho cabrío en alemán) son cervezas con más carácter e intensidad que la sempiterna Pilsner. Rondando los 7% de alcohol, este tipo de cerveza nos ofrece una experiencia más lenta y menos “refrescante” de lo habitual. Existen versiones claras, con más presencia de lúpulo y algo más frescas, cuyas claves sensoriales serían panadería, bollería, caramelo… Y versiones oscuras (Dunkel Bock), menos amargas, algo más dulces y con más presencia de matices aportados por el tueste de la malta, como chocolate, miel, pasas e incluso algo de torrefacto cafetero.
Os recomendaría beber estos estilos fresquitos pero sin pasarnos, acompañando un plato de queso curado o incluso un buen estofado.
¿Mi recomendación? Andechs Bergbock o Ayinger Maibock, ambas excelentes y fáciles de encontrar.
Pale Ale: Al contrario de lo que mucha gente cree, las mamás de las IPAs constituyen un estilo de cerveza bastante accesible y que agradará a una buena parte de ese grupo de gente que no sale habitualmente de su caña en el bar. Aunque el carácter a lúpulo sea evidente y apreciable, el amargor no debería ser excesivo (aunque sí notable), dándonos todos sus matices aromáticos frutales, herbales y florales. Equilibrando la mezcla nos encontramos los puntos que nos dan las maltas, como galleta y pan, redondeando esta cerveza tan clásica y extendida de la que han surgido infinidad de subestilos. Si la persona en la que estemos pensando tolera bien el amargor, podríamos atrevernos con alguna APA (American Pale Ale) o incluso una Session IPA, en las que encontraríamos más potencia aromática y presencia de lúpulo, aunque corremos el riesgo de que sean demasiado intensas para el consumidor poco acostumbrado.
Desde aquí os recomiendo una más clásica, como la Organic Pale Ale de Samuel Smith, y una más moderna, Raised By Wolves de Basqueland.
Dubbel: No pondría este estilo si no hubiera comprobado de primera mano que realmente le puede gustar hasta al consumidor más reacio a salir de su cerveza ligera y dorada. Las Dubbel son cervezas de abadía belgas de un color puede ir desde el ámbar oscuro a cobrizo profundo llegando a tonos marrones, deliciosas y complejas. A pesar de ser las más alcohólicas de todas las propuestas en el post (su contenido alcohólico oscila entre los 6% y los 7,6%), su exquisitez en nariz y boca convencerá a cualquiera de que hay vida más allá de la Pilsner. Cuerpo alto, carbonatación media-alta, notas a miel, pasas, ciruela madura, levadura belga, entra dulce y termina especiada y ligeramente amarga, un auténtico viaje para los sentidos.
Os recomiendo la Westmalle Dubbel y la Waterloo Double Dark, ambas excelentes.
¿Y ahora qué es lo que falta? Tan solo probar. ¡Adelante y a disfrutar!
Hector Lecuona, Beer Sommelier