Los gadgets de una homebrewer

En los últimos años de elaboración casera he comprado varios objetos y herramientas, además de haber experimentado con diferentes enfoques de producción. En algunos casos se trataba de compras inútiles y que pronto han terminado en el olvido, o de prácticas que resultaron “impracticables” o que enseguida quedaron obsoletas.

En otros casos, después de varios intentos, encontré algunos objetos y mejoras verdaderamente necesarias: pequeños cambios que se han convertido en parte de mi rutina de producción.

Antes de nada hay que decir que, si no compras maltas ya molturadas, ¡en el día de la elaboración la parte que da más pereza es el momento en el que hay que molturar los granos! ¿Es verdad o no?

Si produces pocos litros (como unos 12-15 litros), para moler los granos no tardarás mucho y tu brazo no te dolerá.

Pero cuando ya quieres pasar a elaboraciones más “grandes”, hay un “ajuste” que todos los homebrewers ya conocen: lo de cambiar el brazo del molino y conectar un destornillador.  Es una opción fácil y barata que recomiendo mucho. Hay que estar frente al molino manteniendo presionado el gatillo durante todo el tiempo de la molienda, pero el brazo ya no dolerá más y el tiempo se reducirá de la mitad.

Aunque he leído por ahí que también es fácil comprar distintos componentes (un conector, un transformador y un motor) y automatizar por completo el molino de rodillos. En cuanto me venga el caprichito, probaré esta mejora ?.

Un gadget imprescindible es un buen medidor de pH. Todos sabemos que el control del pH es fundamental para elaborar una buena cerveza, y no podemos contar con las tiras medidoras de pH. Estas tiras son menos precisas que los pHmetros digitales, ya que solo dan valores aproximados. Hay modelos para todos los bolsillos. Los modelos “intermedios” son bastante fiables, son la herramienta más estable y, en mi opinión, su precio está más que justificado.

Un pequeño cambio que hice a la hora de embotellar es en el “método de priming”. Durante mucho tiempo he usado el método clásico para agregar azúcar: trasvasar a un segundo fermentador y agregar azúcar. Conveniente y rápido, pero hay una transferencia que podría evitarse y evitar así la oxigenación. Así que empecé insertando una solución de agua y azúcar botella por botella. Luego se embotella directamente desde el fermentador en el que se realizó toda la fermentación. Claro, insertar la solución de agua y azúcar botella por botella parece tedioso pero al final te dejas llevar. Se puede usar una jeringa de inyección clásica de 10 ml (quitando la aguja) o incluso comprar una más grande. Eso sí, ¡hay que hacer bien los cálculos de la solución de azúcar y la dosis por cada botella!

Otros gadgets imprescindibles para las homebrewers que utilizan levadura líquida, son un agitador magnético y los matraces Erlenmeyer. Utilizar levaduras líquidas no es fácil, pero en ocasiones queremos obtener perfiles organolépticos inalcanzables con las levaduras secas. Rara vez es recomendable utilizar levadura líquida directamente de la bolsa, debido a la sensibilidad de este microorganismo a las condiciones de almacenamiento y transporte. Preparar un buen starter es fundamental, y estos gadgets permiten prepararlo en condiciones que favorecen el crecimiento celular.

Y como última cosa (¡por ahora!), aunque puede parecer algo “cutre”, pero muy útil, son unos tapones de silicona para las botellas. Mantener las botellas cerradas es fundamental para evitar que se acumule polvo en su interior. Las botellas se podrían sellar también con película transparente, pero en algún momento compré unos cómodos tapones de goma y todo me resultó más rápido. Las botellas obviamente deben estar completamente secas antes de taponarlas, de lo contrario existe el riesgo de formación de moho.

Hay aún más gadgets y muchas mejoras que se pueden hacer para avanzar en esta afición tan preciosa, así que estad atentos a los próximos posts.

¡Salud!

Verónica Biondi, Beer Sommelier