Elaboración
Las cosas más divertidas que me han pasado haciendo cerveza
Elaborar cerveza en casa es divertido. Emocionante a veces.
Sin embargo, hay veces que uno se levanta con el pie izquierdo y parece que nada vaya a funcionar. Así se puede correr el riesgo de perder el entusiasmo de inmediato y abandonar este hermoso pasatiempo (u obsesión, depende de los puntos de vista jajaja), pero soy una persona tenaz, ¡y me gusta tanto beber cerveza como elaborarla!
Las cosas que pueden salir mal en un día de elaboración son innumerables, y la ley de Murphy nos obliga a adaptarnos rápidamente a lo inesperado. Porque podéis estar seguros, ¡algo va a pasar!
Por supuesto, evitar beber demasiada cerveza mientras se elabora, también ayuda. ?
Una vez, por ejemplo, debido a la euforia del momento, se me resbaló de las manos el densímetro y cayendo al suelo, se rompió. Ahora poneros en mi piel e imaginaros el pánico y la frustración de no poder medir la densidad del mosto antes de la fermentación. Pero no hay mal que por bien no venga. ¡Ya he aprendido que es fundamental tener un densímetro de repuesto en el cajón!
En otra ocasión, debido a las ganas que tenía de probar el molino nuevo, empecé a moler la malta a toda velocidad, ¡sin darme cuenta de que la estaba moliendo demasiado y que se estaba trasformando toda en harina! Y además esparciéndose por toda la cocina… ¡un desastre!
Y todavía puedo contaros más. Cuando era muy muy novata en el mundo del homebrewing, tuve un destello de genialidad y quise complicarme la vida personalizando un kit ya preparado, sin tener la menor idea de lo que estaba haciendo. Cogí cualquier ingrediente que encontré en la cocina (me parece que fueran especias tipo albahaca, granos de pimienta negra y tomillo) y lo tiré a la olla, así, tal cual, ¡¡¡en un kit para elaborar una Dunkel Bock!!! A la hora de probar la cerveza, uno de los mejores momentos de hacer cerveza en casa, la recompensa que esperamos todos con avidez, pues la realidad fue muy triste, ya que la cerveza era imbebible…
Pero bueno, son cosas que nos suelen pasar a la mayoría de los cerveceros caseros (si alguien te dice que nunca le ha pasado algo así, que sepas que te miente). Recuerda que no tienes que ser un experto para empezar a experimentar con tus primeras producciones de cerveza, y sobre todo ten siempre presente que son los errores los que te impulsan y ayudan a mejorar.
Ahora, después de casi tres años y medio de elaboraciones, pequeños accidentes obviamente me siguen pasando, pero cada vez los puedo solucionar más fácilmente. ¡Y las cervezas también han mejorado muchísimo!
Para los que nos gusta tanto la cerveza, poder beber la elaborada con nuestras propias manos ¡es simplemente fascinante!
¡Salud!
Verónica Biondi, Beer Sommelier