Gastronomía
¿Por qué la «TAPA» se llama TAPA?
Existen tantas versiones sobre el origen de la tapa como estilos de cerveza, y eso quiere decir que hay muchos. Lo cual es una muy buena noticia para nosotros, los que disfrutamos con este líquido milenario.
Tanto la tapa como la cerveza tienen un “hueco” en el ideario de la mayor parte de la población, normalmente en la barra de un bar y disfrutando de ambos con amigos. Estas dos elaboraciones se han ido refinando con el paso del tiempo hasta convertirse en productos de culto con un gran número de seguidores. Y es en este punto donde me gustaría dar mi punto de vista, en la evolución paralela que han tenido ambos “productos”, hasta convertirse en compañeros de viaje.
Se comenta que la tapa nace para cumplir la función de tapa de manera literal, es decir un trozo de comida, normalmente una loncha de jamón o lomo sobre un trocito de pan servía para tapar la copa que contenía la bebida alcohólica del consumidor. Su función era la de evitar que pequeños bichos voladores que hubiera en el ambiente se introdujesen a “paladear” esta bebida.
Este hecho tiene similitudes con la función que tuvo en un principio el uso del lúpulo. Este ingrediente, ahora tan de moda, empezó a utilizarse como conservante y agente antimicrobiano evitando que microorganismos patógenos pudieran modificar o alterar el líquido.
Hoy en día podemos disfrutar de auténticas delicias en formato tapa, son muchos los cocineros que disfrutan elaborando pequeños bocados para sorprender al cliente. Pero el trayecto hasta llegar aquí no ha sido fácil, durante mucho tiempo este bocado solamente era utilizado para acompañar a una cerveza en la barra del bar.
Actualmente, ya no solo existe “una cerveza” sino que podemos encontrar un gran número de referencias, cada una de ellas con unos matices organolépticos diferentes que nos hacen disfrutar de multitud de sabores, aromas y sensaciones. Aunque muchas de estas cervezas existen desde hace tiempo, la mayoría son nuevas para el público en general, esto hace que cada día pueda ser un nuevo descubrimiento.
La combinación de cerveza y tapa es seguramente una de las experiencias más positivas de las que podemos disfrutar, sobre todo tras una larga jornada de trabajo. Especialmente si se trata de una de las tapas más antiguas, pero sin duda una de las preferidas por todos, como son unas cremosas croquetas de jamón ibérico acompañadas de una de las cervezas propias de esta estación del año, una deliciosa Märzen Bier.
¡A disfrutar!
Álvaro Verdú, Chef y Beer Sommelier