Gastronomía
Pollo a la cerveza, pero no una cualquiera…
Hoy os voy a proponer una receta super sencilla de realizar, y como siempre nos gusta hacer en SABEER, vamos a darle un protagonismo especial a la cerveza.
Cuando preparamos pollo a la cerveza, utilizamos cualquier cerveza que tenemos en la nevera o de fondo de armario, pero como aprendí de un gran cocinero amigo mío, partiendo de un buen producto, la elaboración del plato puede dar el salto cualitativo.
Así que nos vamos a ir a nuestra tienda de cervezas más cercana y le vamos a pedir una cerveza de origen alemán, con un contenido alcohólico bastante alto y que nos aguante la cocción perfectamente: La Eisbock de Aventinus. “Eis” significa hielo en alemán, y bock hace referencia al estilo. Y tiene este nombre porque durante el proceso de producción, en la fase de fermentación, el agua que contiene la cerveza se congela.
La historia de las Eisbock, aunque se piensa que pueda ser una leyenda, comenzó a finales del siglo XIX, en la fábrica de cervezas Reichelbräu. Un joven aprendiz olvidó durante la noche, en la parte trasera de la fábrica, un par de barriles de cerveza bock. Debido a que ese año el frío era especialmente intenso, los barriles se congelaron y reventaron la madera. A la mañana siguiente el maestro cervecero las encontró y como castigo hizo descongelar el bloque de hielo formado en los barriles e hizo bebérselos al aprendiz. El joven, de mala gana, se dispuso a beber el brebaje, y a medida que iba ingiriendo, su cara de gusto desconcertó a los allí presentes. El maestro probó también aquel brebaje y quedó gratamente sorprendido.
Parece ser que de aquel infortunio nació la primera Eisbock de la historia.
Bueno, no me enrollo más, ¡vamos al lío!
He elegido esta cerveza por su fragancia a fruta madura, como las uvas pasas, su contenido alcohólico y su carácter maltoso, lo que le va a ir muy bien para crear una salsa densa y compleja. No contiene aromas lupulados lo que proporciona un dulzor extra al pollo sin enmascarar los sabores que proporcionan las reacciones de Maillard.
Dejo los ingredientes y después os explico cómo cocinarlo 😉
INGREDIENTES (para 4 personas)
4 cuartos traseros de pollo
12 patatas de guarnición
3 cebollas
2 dientes de ajo
8/10 ciruelas pasas
2 Aventinus Eisbock
Ralladura de 1 limón
Sal y pimienta
Aceite de oliva
ELABORACIÓN
- Vamos a precalentar el horno a 180º 10 minutos, lo justo para ir preparando la bandeja con el pollo y las patatas.
- Colocamos el pollo y las patatas lavadas, echamos un chorro de aceite y untamos bien, salpimentamos y metemos la bandeja al horno durante 50 minutos.
- Cada 10 minutos regaremos con la cerveza para que no se nos seque el pollo y las patatas.
- Mientras, cogemos una sartén, de buen tamaño, y ponemos un poco de aceite a calentar a fuego medio. Cortamos la cebolla y el ajo en juliana y lo ponemos a pochar.
- En un vaso pondremos las ciruelas pasas y añadiremos la cerveza hasta cubrir para que se vayan hidratando.
- Pasados 30 minutos, añadiremos a nuestra sartén las pasas hidratadas y la mitad de una eisbock para dejarlo 20 minutos reducir
- Pasados esos 50 minutos, que nos ha dado tiempo a hacer la salsa y el pollo, subiremos el horno a 210º y añadiremos toda la salsa que hemos preparado en la sartén por encima, serán tan solo 5 minutos para que dore el pollo y se conozcan más íntimamente el pollo y la salsa 😉
Ya podemos servir nuestro pollo en una buena bandeja y por supuesto abrir una Eisbock para disfrutar el doble, ¡buen provecho!
Pablo Morales, Chef y Beer Sommelier